Sucot: oportunidad de desconectar para conectar

En sucot o fiesta de las cabañas o de los tabernáculos se recuerda el deambular el pueblo judío por el desierto tras haber escapado de la esclavitud en Egipto, y durante una semana se requiere de los judíos que habiten en cabañas construidas por ellos mismos en las que se puedan ver las estrellas del firmamento.

En Israel la fiesta de sucot dura 7 días, en la diáspora 8, y este año comenzó el 9 de octubre al atardecer. En los días anteriores, pequeños y mayores construían las cabañas en las que pasarán parte del día y la noche en los siguientes días.

“También se venden cabañas prefabricadas, pero nosotros preferimos construir la nuestra”, dijo Corina, mientras colocaba los adornos interiores a su sencilla cabaña construida en el jardín de su casa. “Es un momento para ser creativos y, además, ¡ecológicos!, agregó.

El recordar a los antepasados deambulando por el desierto en busca de la tierra prometida empuja también a un comportamiento más acorde con la naturaleza. Dormir con la puesta del sol, despertar con el alba, desechar el teléfono móvil tampoco es mala idea.

“Yo intento hacer una limpieza general”, explica Corina. “Durante todo el día aparecen vecinos, amigos y familiares en nuestra sucá (cabaña), les ofrecemos comidas y bebidas y conversamos. Recuperamos el viejo arte de la conversación”, añade con una sonrisa.

Los adornos suelen ser ramas de trigo, dibujos de los niños de la familia que refieren a los diferentes frutos y cereales a los que se refiere la fiesta que, al fin y al cabo, es otra fiesta de orígenes agrarios también, pero no faltan tampoco adornos de objetos reciclados, como viejos discos compactos que, atados como un móvil, giran y brillan, botellas de plástico en diferentes configuraciones y todo lo que se les ocurra a los habitantes de la cabaña.

 

 

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