Un sensor en el smartphone para saber de qué están hechas las cosas

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Lo que le faltaba a los teléfonos inteligentes, los smartphones, para ser inteligentes de verdad, era poder informar a su propietario de qué están hechas las cosas que le rodean. La composición de los alimentos, de muebles, paredes, objetos… lo que sea, está al alcance de cualquiera con un revolucionario sensor que se acaba de presentar en el primer teléfono móvil que lo ha incorporado.

El sensor es  el SCiO de Consumer Physics, ya disponible en el mercado. Utiliza sensores ópticos para leer la composición químicas sin tocarla: por ejemplo, la grasa en un trozo de pastel, la madurez de una fruta, los ingredientes de una medicina, o las propiedades de cosméticos o de piedras preciosas. La firma responsable de este dispositivo es de origen israelí, que ha sido capaz de reducir el tamaño del sensor para incorporarlo en un Smartphone.

El primer modelo que lo incorpora es el Changhong H2, lanzado en el mercado este mismo año 2017. Este terminal no tiene nada de particular, sería uno más de los disponibles en el mercado de gama media o alta, salvo por el dispositivo de SCiO. Este sensor de espectro molecular analiza las propiedades físicas de los productos a los que el dueño apunte. La compañía china también incorpora en el terminal una app para Android asociado con SCIO, lo que permite al usuario obtener información de la materia de todo lo que le rodea. Este Smartphone solo está a la venta en China, pero se espera que el desarrollador israelí del sensor llegue a otros acuerdos con fabricantes de móviles y se extiende su uso.

La compañía israelí podrá suministrar al usuario de este sensor informaciones tan útiles como el estado de frescura de frutas y verduras sin tocarlas, todo un caballo de batalla a la hora de hacer la compra. También podrá hacer un cálculo aproximado del total de calorías que tiene una porción de una comida, lo que ayudará a quienes quieren cumplir con su dieta. SCiO identifica los ingredientes y materiales con los que nos encontramos en nuestro día a día. Así, es capaz de reconocer la composición de un medicamento y hasta su nombre, averiguar si la leche que se guarda en el frigorífico ya está caducada o de qué tipo son las manchas de la ropa. También se puede medir el nivel de grasa corporal y la composición del cuerpo humano.

Consumer Physics basa su tecnología en un modelo de big data, incorporando a su base de datos los espectrogramas de todos los materiales con los que se enfrentan los usuarios, combinando así los resultados y avanzando en la fiabilidad de las evaluaciones. El objetivo de este sistema es conseguir un listado cada vez mayor de materiales a nivel molecular.

Fuentes de la compañía israelí aseguran que están ya trabajando con grandes multinacionales para adaptar su tecnología sensitiva espectrográfica para aplicaciones industriales, con el objetivo de resolver problemas con los que se encuentran a diario estas empresas en sectores como el agrícola, farmacéutico, cosmético, o de materias primas.