En los últimos años, los sistemas robotizados han facilitado la asistencia en intervenciones frente a emergencias. Los equipos de rescate se han valido de este tipo de soluciones en desastres naturales o provocados por el hombre. El objetivo de estos robots, que son de varios tipos y tamaños, es intervenir allí donde los humanos no pueden, además de servir de enlace a los equipos de rescate en el terreno.
Uno de los dispositivos más sorprendentes llega desde Israel y está inspirado en las langostas. Se trata de un robot en miniatura que está llamado a revolucionar el campo de la robótica avanzada. Ha sido desarrollado por un equipo israelí de investigadores de la Universidad de Tel Aviv y del Ort Braude College. Mide poco más de 12 centímetros y pesa menos de 30 gramos. Es capaz de saltar hasta 3,35 metros, lo que supone más del doble de la altura que saltan robots de similar tamaño, según explican sus desarrolladores, y cubre la distancia de 1,35 metros en horizontal con un solo salto. Los investigadores creen que este robot será un aliado muy importante en misiones de búsqueda y rescate, así como en operaciones de reconocimiento en terrenos complicados.
Este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de los profesores Amir Ayali del departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias de la Vida de Tel Aviv, el doctor Gabor Kosa de la Facultad de Ingeniería de la misma universidad y el doctor Uri Ben-Hanan del departamento de Ingeniería Mecánica del Ort Braude College.
El nombre que recibe este ingenio es TAUB, que precisamente corresponden a las siglas de las dos instituciones que cooperan en este proyecto. Los investigadores explican que no han buscado replicar, como si de una copia exacta se tratara, el insecto en el que se inspiran. En realidad, lo que hacen es tomar algunas características biomecánicas específicas del mecanismo de salto del animal y aplicarlas de forma eficaz para el cometido para el que ha sido diseñado el robot.
Imitando a la naturaleza
“Nuestro robot en miniatura, inspirado en la langosta, es un magnífico ejemplo de innovación tecnológica basado en la observación biológica”, recalca el profesor Amir Ayali, quien dirige la investigación. “Los robots en miniatura son una parte de especial interés dentro de la industria de la robótica y atraen mucha atención e investigaciones. La fabricación de pequeños robots es asequible y eficiente; su diminuto tamaño les permite atravesar terrenos difíciles y desconocidos, y muchos tienen aplicaciones prácticas para determinadas situaciones”.
Los desarrolladores de la idea han modelado el robor con una impresora de 3D con materiales plásticos, los mismos que podrían encontrarse en los bloques de Lego. Las patas del robot son varillas rígidas de carbono, y se utilizaron resortes de acero para las articulaciones. Una pequeña batería implantada en el robot, que se mueve con control remoto, suministra la energía necesaria.