¡Recibo de hace 2.500 años encontrado en Israel!

Un excursionista israelí encontró un fragmento de cerámica que lo sorprendió por sus garabatos, que luego, al observarlo mejor, entendió que eran inscripciones. Lo que no sabía, era que se trataba de un “documento” de compra o venta o traspaso con el nombre del rey persa Darío el Grande, de hace dos milenios y medio.

Lo importante de este descubrimiento es que es el primero con el nombre del relevante monarca hallado en Israel, según informó la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI).

“Cuando recogí el ostracón (fragmento de cerámica usado como soporte de escritura en la antigüedad) y vi la inscripción, me temblaron las manos”, dijo Eylon Levy, el excursionista que encontró la pieza el pasado mes de diciembre durante una excursión al desierto de Judea. “Miré a izquierda y derecha buscando las cámaras, porque estaba seguro de que alguien me estaba gastando una broma elaborada”.

El ostracón tiene una inscripción en arameo que dice “Año 24 de Darío”, que data del 498 a.C., según el comunicado oficial.

Darío I reinó entre 522 y 486 a. C., tiempo durante el cual el Imperio persa aqueménida creció rápidamente hasta abarcar una gran parte del mundo antiguo. Pero, hasta ahora, nunca se había encontrado evidencia escrita del reinado de Darío en Israel.

En los días de Purim, el carnaval judío

El descubrimiento cobró más importancia aún porque Darío el Grande era el padre del rey Asuero, quien es considerado uno de los personajes centrales de la historia bíblica de Purim que se relata en el Libro de Ester y que se lee en la festividad de Purim de los próximos días. Al rey Asuero se lo conocía en el libro como Ajasverosh.

El Libro de Ester, cuenta la historia de la corte de Ajashverosh cuando los judíos de Persia fueron amenazados por los planes destructivos del principal asesor de Ajashverosh, Amán. La reina Ester y su tío Mordejai usan su influencia con el rey para desbaratar los planes de Amán y salvar al pueblo judío.

Hoy en día, ¡y desde hace siglos! la festividad se celebra con disfraces y consumo de alcohol.

El lugar del hallazgo

El sitio del hallazgo, la antigua ciudad de Lajish, hace dos milenios y medio era una ciudad próspera y un importante centro administrativo. Por eso se cree que la inscripción es un recibo de bienes recibidos o enviados.

El afortunado ciudadano que encontró el fragmento, lo hizo en los restos del edificio de la administración real persa en Tel Lajish, que fue excavado por primera vez en 1930 y ha acogido a cientos de arqueólogos a lo largo de las décadas.

Lajish fue una floreciente ciudad cananea en el segundo milenio a. C. y la segunda ciudad más importante del Reino de Judá después de Jerusalén. La localidad ocupa un lugar destacado en el Antiguo y Nuevo Testamento como escenario de batallas importantes.

 

 

 

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