Tras el anuncio este fin de semana del pacto entre Estados Unidos y Rusia sobre el desarme químico por parte del gobierno de Al Asad, la postura de Israel, que comparte frontera con Siria, no se ha hecho esperar. Por un lado, máxima cautela entre los gobernantes israelíes, que durante las últimas horas han dejado entrever su posición en escuetas declaraciones a diversos medios de comunicación.
"Como cualquier acuerdo, será juzgado por sus resultados. Esperamos que tenga éxito", dijo el ministro de Asuntos Estratégicos, Yuval Steinitz, próximo a Netanyahu, según recoge la agencia de noticias Reuters. "El acuerdo tiene ventajas y desventajas", declaró en la emisora del Ejército.
"Por un lado, le falta la velocidad necesaria (para eliminar las armas químicas de Siria). Por otro, es mucho más amplio, incluye un compromiso sirio de desmantelar las instalaciones de fabricación y de no volver a producirlas nunca más", agregó a la misma fuente.
En la misma emisora, el presidente del comité de Asuntos Exteriores y de Defensa del Parlamento, Avigdor Lieberman, dijo que la información que ha recopilado Israel sobre la vecina Siria podría ayudar a verificar el cumplimiento por parte de Asad.
“Israel debe estar preparado para defenderse a sí mismo”
Por su parte, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se mostraba esperanzado ante los últimos acontecimientos, declarando que “también aquí no serán las palabras las que hablen sino los hechos”.
El temor de los dirigentes israelíes a que este acuerdo pueda ser entendido por Irán como una victoria, eleva las dudas con respecto a si Washington sigue aún dispuesto a emplear todos los medios a su alcance para impedir que Teherán se haga con armas nucleares. "Israel debe estar preparada para defenderse a sí mismo, y la preparación es hoy más importante que nunca", afirmó el primer ministro sin entrar en más valoraciones.
“Lección para los líderes iraníes”
El presidente Shimon Peres ha declarado a su vez que "un acuerdo de desarme respaldado por la amenaza militar de Estados Unidos debe servir de lección para los líderes iraníes”. Días antes de que se firmase el acuerdo, ya se mostraba preocupado ante el posible futuro de Siria: “La diplomacia es siempre una opción preferible a la guerra, pero el principal problema ahora es la credibilidad del régimen sirio", explicaba Peres.
"Si Siria es confiable, y toma medidas genuinas para eliminar y destruir sus armas químicas, los EE.UU. no atacarán. Sin embargo, si hay una grieta en la credibilidad de Siria, no tengo ninguna duda de que los EE.UU. van a emprender una acción militar. Y no, no sería un camino de regreso de Siria, dado que ya no puede ya volver a ser lo que era antes. La guerra civil y el terrorismo han dividido Siria en varios pedazos, varios estados”.
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