Mientras prosigue el avance de las posiciones del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) en zonas de mayoría suní de Irak, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, realizó una visita a Bagdag y abogó por la creación de un nuevo gobierno de unidad para el país que dé cabida a todas las sensibilidades políticas, religiosas y étnicas. Prometió el apoyo de EEUU para aplacar la insurgencia yihadista y precisó que el país sobrevivir´si sus líderes toman los pasos necesarios para su reunificación frente a la amenaza del ISIS.
La visita de Kerry es un intento por presionar al primer ministro del país, Nuri al Maliki, para que forme un gobierno integrador que pueda frenar el avance del ISIS en el norte y el oeste de Irak.
Mientras tanto, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) expresaron su preocupación por la “situación extraordinariamente grave” en Irak, potencialmente peligrosa para toda la región de Oriente Medio. El bloque europeo se declaró favorable “a la unidad, la soberanía y la integridad territorial de Irak y apoya a las autoridades iraquíes en su lucha contra el terrorismo”, pero las insta a “formar de urgencia un Gobierno” representativo en este país.
En medio de los esfuerzos internacionales por mediar en el conflicto, el gobierno de Irak parece haber perdido el control de sus fronteras occidentales después de que los militantes suníes capturaran puestos de cruce en las fronteras con Siria y Jordania.
Lo cierto es que la insurgencia islamista no tiene límites en Irak. Estos últimas días se han documentado ejecuciones sumarias, civiles asesinados a quemarropa mientras caminan por la calle o coches elegidos al azar acribillados en la carretera. Los portales online que promocionan las actividades del ISIS suben videos que buscan generar terror entre los soldados iraquíes.
El primer ministro iraquí es criticado desde hace tiempo porque su Gobierno, dominado por chiíes, discrimina a los suníes. Sin embargo, Maliki se niega a renunciar y señaló durante su encuentro con John Kerry que la agrupación política más fuerte del país es la que debe formar el próximo Gobierno.
Frente a esta posición, Kerry prometió un apoyo “intensivo” de Estados Unidos frente a la ofensiva de los insurgentes que avanzan hacia Bagdad, pero puso como condición necesaria para la eficacia de esta ayuda que los dirigentes iraquíes pongan de lado sus diferencias y gobiernen unidos.
Ya con anterioridad, el presidente Barack Obama había instado a Al Maliki a abandonar su política sectaria y trabajar en favor de la unidad. Ahora, Kerry, en su visita al país, asegura que Estados Unidos, que invadió Irak en 2003 y retiró sus tropas a fines de 2011, “no es responsable” de la situación actual ni pretende “elegir” un líder para este país.
La situación se complica por la parálisis política en la que está inmerso Irak debido a la falta de un nuevo gobierno desde las elecciones del pasado 30 de abril. El bloque chiíta de Al Maliki fue nuevamente el más votado pero no logró mayoría absoluta, y las negociaciones no han prosperado. Kerry dijo que todos los políticos con los que ha hablado se han comprometido a respetar el plazo del 1 de julio para formar gobierno.
Tras la reunión con Kerry, Maliki aseguró que su país cumplirá con los plazos constitucionales del proceso político, lo que implica la formación de un nuevo gobierno, y advirtió de la amenaza que supone para “la paz regional y mundial” el conflicto actual en su país.