Netanyahu logra pactar su coalición de Gobierno con Hogar Judío a cambio de la cartera de Justicia

El Likud de Benjamin Netanyahu y los nacionalistas de Hogar Judío llegaron en la noche del miércoles a un acuerdo para formar Gobierno apenas dos horas antes de que expirara el plazo para conseguirlo.

Netanyahu ha conseguido, tras varias horas de negociaciones entre los 'número dos' del Likud y de Hogar Judío, forjar una serie de alianzas con partidos religiosos y derechistas para controlar 61 de los 120 escaños de la Knesset, el Parlamento israelí.

Antes de los contactos con Hogar Judío, el primer ministro había conseguido cerrar un acuerdo con los partidos religiosos Judaísmo Unido de la Torá (con seis escaños) y Sha (siete), así como con el centrista Kulanu (10).

Pero esta alianza aún dejaba a Netanyahu a ocho diputados de poder controlar la Knesset y asegurar así un cuarto mandato. El acuerdo con los ultraderechistas de Hogar Judío, con ocho escaños, le garantiza la continuidad en el cargo.

Netanyahu comentó en rueda de prensa que estaba “seguro de que nadie se ha sorprendido realmente de que las negociaciones hayan terminado antes del plazo”. El acuerdo de coalición entre ambos establece que la cartera de Justicia vaya a manos de la formación nacionalista, pese a reticencias del primer ministro.

Likud había aceptado por la mañana entregar esa cartera pero cercenando la autoridad del ministro, de forma que no pudiera participar en algunas de las decisiones más cruciales bajo su autoridad, entre ellas el nombramiento de jueces rabínicos, donde podría haber colisionado con los intereses del partido ultraortodoxo sefaradí Shas, uno de los integrantes de la coalición.

"Este no un gobierno de derecha, ni de izquierda ni de centro. Este es un gobierno para todo el pueblo de Israel”, apostilló Bennet tratando de disipar temores a un gobierno demasiado nacionalista o religioso.

El líder de la Unión Sionista, Isaac Herzog, ha considerado que el acuerdo de Netanyahu para formar Gobierno con los ultraderechistas es un "fracaso nacional".Para Herzog este Ejecutivo nace "desprovisto de responsabilidad, estabilidad y, sobre todo, de capacidad para gobernar". "Un gobierno susceptible a la extorsión es un gobierno débil que será rápidamente remplazado por una alternativa esperanzadora", ha augurado.

Herzog, que consiguió 24 escaños, confiaba en que las negociaciones de Netanyahu para formar Gobierno antes de esta medianoche fracasaran para que el presidente israelí, Reuven Rivli, le diera a él la oportunidad de cerrar un Ejecutivo