“Sin Israel, la región occidental de Oriente Próximo colapsaría, y otros 100 millones de personas se sumarían a las que ya han sido arrastradas por la vorágine islamista. Sin duda, muchas de ellas huirían hacia Europa. Por eso, al defenderse a sí mismo, Israel defiende también a Europa”, explica el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en una entrevista al diario alemán Die Welt.