La vida en la ciudad puede estar llena de emocionantes incentivos, con una vibrante escena cultural y artística que se filtra hasta llegar a las calles. El problema es conjugar todo este ajetreo con los problemas que ocasionan los ruidos y las aglomeraciones. Es difícil encontrar espacios de paz y tranquilidad en las grandes ciudades, y muchos vecinos suelen quejarse del volumen que llega a sus casas de las actuaciones callejeras, que añaden un punto más de estrés al sumarse al ruido del tráfico, las muchedumbres, los comercios… Para ofrecer una solución que al menos rebaje la contaminación acústica de los artistas y músicos callejeros llega un sorprendente diseño desde Israel que recuerda a la forma de un anfiteatro, pero en miniatura.
Para combatir el problema de convivencia en la calle con los músicos, Aviv Even, una estudiante de la Escuela Shenkar de Ingeniería y Diseño propone una innovadora solución que ha denominado ‘mini-anfiteatro’. La estructura tiene un aspecto estético atractivo, con un tamaño muy apropiado para no interferir en el ajetreo de las calles más concurridas de las grandes ciudades, por lo que puede ser utilizado no solo para bloquear ruidos no deseados para los vecinos, sino también como una bonita instalación para las actuaciones de los músicos callejeros que puede potenciar el paisaje cultural urbano.
Even, vecina de Tel Aviv, estaba harta de los irritantes ruidos que acompañan el día a día en una gran ciudad. Tratando de impactar positivamente al reducir la contaminación acústica y mejorar la calidad de vida de los residentes, desarrolló su idea de los mini-anfiteatros.
La diseñadora se ubicó en una bulliciosa esquina de su cuidad, entre el Bulevar Ben-Gurion y la Calle Dizengoff. Allí utilizó un medidor de decibelios para mapear el origen de los ruidos más fuertes de la calle y empezó a estudiar el modo en el que podía mitigar toda esa contaminación acústica. Lo que buscaba era crea zonas para disfrutar de la estancia al aire libre donde todos esos ruidos urbanos llegaran mitigados, al mismo tiempo que pudiera acoger las actuaciones callejeras sin molestar a los vecinos.
El mini-anfiteatro puede dirigir los sonidos de los artistas que están actuando en él –ya sean músicos o actores– a un público cercano sin molestar a vecinos o a otros peatones, y como potencia la dirección del sonido, se suprime la necesidad de utilizar altavoces.
Para diseñar la estructura, Even habló con artistas callejeros para determinar cuáles son sus necesidades. Llegó así a la actual propuesta, ideal en tamaño y fondo de la cubierta para que sea confortable para los músicos y actores, y al mismo tiempo no interrumpa el paso de peatones ajenos a las actuaciones.
La joven diseñadora de Tel Aviv ya ha vendido uno de sus mini-anfiteatros portátiles, pero espera que en los próximos meses pueda llegar a acuerdos con los responsables municipales tanto de su propia ciudad como de otras urbes alrededor del mundo para implantar su original solución como forma de mitigar la contaminación acústica y añadir elementos que embellezcan el paisaje urbano de sus calles.