Un nuevo material que puede formar cualquier tipo de patrón si se comprime está llamado a ser un elemento clave de las impresoras 3D para revolucionar la industria de los dispositivos ‘wearables’ o ‘llevables’. Según sus creadores, puede diseñarse este material para hacer cualquier cosa y las aplicaciones abarcan desde la robótica a las prótesis, entre otros muchos usos. Sus inventores son científicos israelíes.
Este nuevo enfoque para crear un meta-material de aplicaciones mecánicas, que puede desarrollarse para adquirir propiedades que no se encuentran en la naturaleza y programarse para deformarse en formas complejas, podrá tener usos para las tecnologías ‘llevables’ y para un segmento de la robótica especializado en robots no rígidos construidos con materiales deformables como silicona, plástico o goma. En un reciente estudio de la Universidad de Tel Aviv, publicado en la revista científica Nature, los investigadores muestran cómo mezclan las sub-unidades de un material para programar su patrón final. Este método puede abrir el camino para el desarrollo de prótesis más cómodas y ajustadas a las necesidades específicas de cada usuario.
Este innovador material ha sido creado por el doctor Yair Shokef de la Universidad de Tel Aviv y el profesor Martin van Hecke de la Universidad Leiden de Holanda. Según estos investigadores, su creación tiene propiedades inusuales. El equipo ha realizado un prototipo piloto para mostrar su concepto con la impresión de un cubo de este meta-material, compuesto por una estructura de bloques que condicionan el comportamiento del objeto a partir de su composición geométrica. “En el caso de los meta-materiales, diseñados por humanos, la estructura espacial va a determinar su comportamiento. Este tipo de ‘materiales mecánicos’ programables puede ser ideal para prótesis o dispositivos tecnológicos ‘llevables’ en los que la perfecta adaptación con el cuerpo es imprescindible”, explica Shokef.
Según los diseñadores de este material flexible, el objetivo es desarrollar los bloques que lo componen de forma más compleja y en miniatura. De este modo, “las aplicaciones pueden ser ilimitadas”.
Esta prometedora investigación sobre materiales es solo una parte de la revolución tecnológica que supone la impresión 3D, un campo en el que Israel está a la vanguardia mundial. Es el caso del trabajo que desarrolla la empresa 3D Nano Dimension, en colaboración con la firma Accellta, quienes han desarrollado la primera bioimpresora 3D, con la que serán capaces de crear tejidos y órganos humanos para salvar millones de vidas en el mundo.
Otro ejemplo es el de la compañía 3D Systems. Han creado unas zapatillas ergonómicas que aportan un mejor soporte al usuario, ya que se ajustan anatómicamente al pie ofreciendo la mejor experiencia para caminar y correr.