“Aunque atraviese el valle de la muerte no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo”, recitó el rabino Marcelo Polakoff, mientras Iara y Kala compartían rodeadas de árboles y silencio, junto a los anfitriones, la lectura del salmo que recordaba de manera directa la ausencia que más sienten.
Un año después de la violenta y misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman, el presidente Mauricio Macri recibió, en su quinta “Los Abrojos”, a las jóvenes hijas de quien, hasta su muerte, llevaba adelante la investigación por el atentado a la AMIA. Fueron 20 minutos de charla en tono bajo, “amable y cálido”, como lo describieron dos testigos. El Presidente elogió la labor del fiscal y se comprometió ante sus hijas a “hacer justicia con la memoria de su padre”, destacaron voceros del Gobierno.