Lo que hace algunos años no dejaba de ser más que un sueño de ciencia ficción, ir a bordo de un vehículo que avanza por la carretera o en ciudad sin conducto, empieza poco a poco a vislumbrarse como una realidad. En la actualidad, empresas del mundo del motor y otras compañías tecnológicas trabajan en modelos y sistemas que permitan convertir este sueño en un hecho que cambiará para siempre la historia de la conducción. Ya se han realizado pruebas para recorrer largas distancias, no exentas de riesgo y con algunos fallos que hay que pulir, pero el camino es imparable. Tal es así, que el horizonte temporal para que los coches auto-conducidos sean parte cotidiana de nuestras carreteras podría estar muy cerca, en unos cinco años.
Este es el plazo que estima uno de los gurús tecnológicos de la conducción autónoma, Ziv Aviram, director ejecutivo de la compañía israelí Mobileye, cuyos productos pioneros son la referencia para muchas de las marcas de coches que participan en esta carrera hacia el futuro.
Aviram fundó la compañía en 1999 junto con el profesor Amnon Shashua de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Mobileye es ampliamente conocida por inventar una tecnología que alerta a los conductores de obstáculos en la carretera. La empresa está ahora recopilando información de millones de kilómetros recorridos por los automóviles que incorporan sus sistemas, y esa minería de datos junto con su trabajo con los grandes fabricantes de coches, está pavimentando el camino para los vehículos sin conductor.
No hay un solo gran fabricante que no trabaje con Mobileye, excepto Toyota y Mercedes. Incluso han mantenido contactos con Elon Musk, el fundador de Tesla, la marca que busca liderar el mercado mundial de coches eléctricos. “Todavía nos gusta vernos como una pequeña startup, pero lo cierto es que somos globales, una compañía internacional, haciendo I+D en Israel, pero suministrando nuestros productos a una industria inmensa, y en crecimiento”, apuntó Aviram en una entrevista con el diario Jerusalem Post, que entregará a este emprendedor un premio de innovación en la próxima conferencia anual del periódico, el 22 de mayo en Nueva York.
“Los coches autónomos no son ningún sueño a estas alturas. No es una cuestión de si se hará realidad, sino de cuándo”, subrayó. Establece tres fases en su hoja de ruta. La primera, la de los automóviles semiautónomos, es ya una realidad en algunos modelos. Lo vemos en el Model S de Tesla, que cuenta con un botón de “piloto automático” para ir en autovías, aunque el conductor aún debe seguir atento y la tecnología no es válida para ciudad.
La siguiente fase llegará en 2018, y será la de la “conducción automatizada”, según Aviram. Será un sistema basado en tres cámaras que permitirá a los conductores hacer otras cosas mientras conducen en autovías. Y por fin, en 2021, Aviram anticipa la llegada de los coches completamente autónomos, sin conductor. Para ello, se necesitará una gama mucho más amplia de sensores. “Creemos que serán necesarias ocho cámaras, cuatro radares en las esquinas, sensores láser y sistemas de sónar”, explica.