Las conversaciones de paz para resolver el conflicto sirio comenzarán el 22 de enero en Suiza. Conocidas como Ginebra 2, la cita es la última esperanza para poner fin al sangriento conflicto que azota al país árabe desde marzo de 2011, y que ha causado más de 130.000 muertos y millones de refugiados y desplazados.
Tras el acuerdo alcanzado para la destrucción del arsenal químico del régimen de Assad, el camino queda despejado para dar un nuevo paso por la vía diplomática para dar fin al conflicto interno. La comunidad internacional, sobretodo Estados Unidos y Rusia, han hecho reiteradas llamadas a las partes para conseguir un “alto al fuego” y frenar así el derramamiento de sangre. A esto se le suma la falta de acceso a servicios básicos, a medicamentos y el pésimo estado de las instalaciones médicas; así como la dificultad de acceso a alimentos y bienes de primera necesidad.
Hasta hoy no está claro quién representará a la oposición en las conversaciones. Las organizaciones que conforman la oposición moderada a Bashar al Asad están divididas sobre si les conviene sentarse en la mesa de negociaciones. Durante estos días, representantes de la oposición se encuentran reunidos en Estambul para evaluar si participarán.
En vísperas de Ginebra 2
En noviembre pasado, la coalición puso una serie de condiciones para participar en la conferencia que comenzará el próximo miércoles. En el ámbito político, exigió que las negociaciones se basen en un traspaso integral del poder y en el principio de que el presidente Asad “y los que tienen sangre en las manos no desempeñen ningún papel” en la transición. En el terreno, también pidió un alto el fuego durante las negociaciones y la creación de “corredores humanitarios” para evacuar a los heridos.
Conscientes de las reticencias de la oposición, los países occidentales y árabes han multiplicado en los últimos días las garantías y las presiones para que participen en la conferencia. Por otro lado, también han lanzado advertencias al régimen de Assad. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, aseguró “que en la medida en que comencemos a ir a Ginebra y empecemos a entrar en este proceso, quedará claro que no existe una solución política si Assad no discute una transición y si cree que será parte de ese futuro“.
Por su parte, el régimen de Assad ofreció este viernes un canje de prisioneros con los rebeldes, propuso facilitar ayuda humanitaria y a poner en marcha un plan de alto el fuego en Alepo. En lo que va de año, el Observatorio Sirio en Derechos Humanos, organismo con sede en Londres, documentó 1.069 muertes en combates desde el 3 de enero y sospecha de otras 400 muertes que no fueron anunciadas.
El hecho de realizar este anuncio horas antes de que la oposición se reúna en Estambul para decidir si acude a las negociaciones de paz, pareciera indicar que el agotamiento del conflicto lo están sintiendo ambos bandos, y que de sentarse a conversar la semana que viene se estaría abriendo la posibilidad de que logren un acuerdo diplomático con apoyo internacional para darle fin al conflicto.
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