La vida de más de cinco millones de sirios, incluyendo a dos millones de niños, está en peligro debido a las bombas utilizadas en el conflicto sirio. Así de contundente es el informe elaborado por la ONG Hándicap International.
En su investigación se advierte que estos artefactos fueron ampliamente utilizados en zonas densamente pobladas, en violación de las normas internacionales, y que las bombas sin explotar plantean una grave amenaza, en especial para los niños, que en sus juegos no son conscientes del peligro.
"En total, 5,1 millones de personas, incluyendo a dos millones de niños, viven en áreas muy afectadas por la utilización de armas explosivas, lo que genera una seria amenaza para sus vidas", asegura esta ONG. La explosión o la fragmentación de estos artefactos puede provocar "terribles consecuencias para los civiles" y causar la "muerte o provocar graves heridas", indica la coordinadora regional de esta ONG, Anne Garella.
Las tres cuartas partes de los incidentes con explosivos se produjeron en zonas densamente pobladas lo que sugiere que "los beligerantes no tiene la intención de distinguir entre civiles y combatientes, lo que es una violación de la ley internacional", indica el informe.
Hándicap International exhorta a las partes del conflicto a cesar de usar explosivos en las zonas densamente pobladas, y a facilitar el acceso de ayuda humanitaria para los heridos. El conflicto sirio comenzó en marzo de 2011 con manifestaciones pacíficas contra el régimen del presidente Bashar al Asad y se convirtió luego en una compleja guerra civil, que ha causado más de 220.000 muertos.
Millones de heridos, 11,5 millones de personas, la mitad de la población, han sido obligados a huir de sus hogares. Entre ellos, más de 3,9 millones de sirios huyeron a países vecinos y 7,6 millones son desplazados internos.
Económicamente, Siria está siendo devastada por la guerra. El crecimiento de Siria se redujo en un 40% desde que se inició el conflicto en 2011, y la esperanza de vida se redujo en 20 años en ese mismo tiempo hasta los 55,7 años.
La violencia no disminuye pese al paso del tiempo. La fragmentación de fuerzas, la consolidación de los grupos armados, la aparición de milicias y los distintos niveles de injerencia de países extranjeros son todos factores que contribuyen a la intensificación del conflicto y la erupción de nuevo frentes.
Pero aunque la guerra acabara, las bombas no explotadas repartidas por las zonas más pobladas pueden ser un foco de muertes y destrucción en los años futuros.