Noé metió a un par de cada criatura de la Tierra en su arca. Un milagro ayudó a los macabeos a que el aceite para un día durara ocho días. Y ahora los científicos grabaron 1.2 millones de letras del Antiguo Testamento en un disco no más grande que la punta de un bolígrafo.
La llaman la Nanobiblia y para leerla hay que usar un microscopio electrónico.
El libro diminuto empezó como un experimento de miniaturización para ver cuánta información podía ser almacenada en espacios muy, muy pequeños. Es un proyecto del Instituto Technion de Israel en Haifa.