El ascenso de Israel como centro de tecnología automotriz obtuvo un voto de confianza esta semana cuando Intel anunció que pagará más de 15.000 millones de dólares por Mobileye, un fabricante de sistemas para autos sin conductor con sede en Jerusalén.
Será la adquisición más grande de una empresa de tecnología israelí y sigue una serie de acuerdos y asociaciones firmados en los últimos años por grandes empresas de tecnología y automóviles. “El acuerdo demuestra de manera dramática que nuestra visión se está haciendo realidad. Israel se está convirtiendo en un centro tecnológico mundial, no sólo en cibertecnología, sino también en el sector automovilístico”, dijo el primer ministro Benjamin Netanyahu en un mensaje de texto.