Apenas tres meses después de haber roto el diálogo con la Unión Europea en lo que concierne al conflicto palestino, Benjamín Netanyahu ha dado marcha atrás. El primer ministro israelí ordenó la suspensión de relaciones en respuesta a la imposición por los Veintiocho de un etiquetado especial de origen —que calificó de “boicot”— para productos importados a la UE desde asentamientos judíos en territorios ocupados por Israel tras la guerra de 1967.