En los últimos años, aproximadamente 2.100 sirios que han huido de la guerra en su país han llegado a Israel en busca de auxilio en los hospitales del norte del país, encabezados por doctores judíos y árabes -tanto musulmanes como cristianos-.
“Necesitan ayuda y aquí estamos para ellos”, dice el profesor Alexander Lerner, médico israelí nacido en Bielorrusia. “No importa su identidad. Ver que llegan en estado grave y que pueden volver a Siria caminando vale un mundo”, añade.