Israel en llamas
La nueva ronda de violencia comenzó el pasado 10 de mayo, cuando Hamás dio un ultimátum a Israel para que retirara a sus tropas de la mezquita de Al Aqsa, donde miles de peregrinos musulmanes se enfrentaban violentamente a la Policía y agredían a fieles judíos que rezaban en el Muro de los Lamentos, y también del barrio de Sheikh Jarrah, donde hay una disputa entre palestinos y judíos por la propiedad de unas viviendas.
Israel desoyó el ultimátum y Hamás cumplió lo prometido: empezó a lanzar misiles desde la Franja de Gaza. Los siete primeros cayeron en Jerusalén. La respuesta israelí no se hizo esperar y Ejército atacó objetivos de Hamás en la franja.
La contienda dura ya más de una semana, Israel ha llamado a la operación Salvadores del Muro, y pretende dañar fuertemente a Hamás y a la Yihad islámica para evitar que sigan azotando a las comunidades israelíes colindantes con sus misiles y al resto del país.
En los últimos días millones de israelíes corren a los refugios antiaéreos cuando suenan las sirenas que advierten que hay misiles de camino.
Hasta ahora se cuentan casi 200 muertos en Gaza, 10 muertos en Israel, y el Ejército israelí asegura que su objetivo en ningún caso son los civiles y que la mayor parte de los fallecidos en la franja son miembros de los grupos terroristas Hamás y la Yihad islámica o personas muertas por misiles errantes de ambas organizaciones que fueron lanzados y no lograron salir del perímetro del enclave.
Hasta ahora se han lanzado más de 3.200 misiles hacia Israel y unos 460 han aterrizado dentro de Gaza, según el Ejército. El sistema de defensa antimisiles israelí Cúpula de Hierro logra interceptar el 90% de los cohetes lanzados.
En ciudades como Tel Aviv, menos acostumbradas que las localidades del sur del país a los bombardeos, los ciudadanos están mandándose mensajes por medios sociales pidiendo que se mantengan los portales de los edificios abiertos para que, en caso de sonar las alarmas, los viandantes puedan encontrar refugio rápidamente.
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