Al tiempo que el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) pierde territorio en Siria e Irak, sus secuaces incrementan el número y envergadura de ataques fuera de las fronteras del califato. En tan solo una semana y finalizando el Ramadán (mes sagrado de ayuno musulmán), el ISIS ha matado a unas 300 personas en la ola de atentados suicidas que ha sacudido Turquía (44 muertos), Bangladés (20), Irak (entre 165 y 213 según las fuentes), Yemen (40) y Líbano (5). Desde que Abu Baker el Bagdadi anunciara la creación de su particular califato en junio de 2014, y por lo tanto la escisión definitiva de su mentor Al Qaeda, el ISIS ha perpetrado un centenar de atentados fuera de Siria e Irak, segando la vida de más de 1.400 personas.