[:es]La empresa israelí de tecnología alimentaria Chef-it está a unos 18 o 24 meses de distancia de revolucionar la industria de las hamburguesas y la comida rápida, según asegura Oded Shoseyov, cofundador de la compañía. El arma secreta de esta startup: la celulosa.
Chef-it está desarrollando un dispositivo que instantáneamente puede ‘imprimir’ una jugosa hamburguesa a partir de un cartucho que contiene proteínas de base vegetal, grasas y componentes que añaden sabor, además de la celulosa antes mencionada, una fibra común que puede ser manipulada en una variedad de texturas, incluyendo las de las carnes y grasas. La tecnología de Chef-it utiliza la tecnología de luz infrarroja para cocinar simultáneamente la comida mientras se imprime.
Según Shoseyov, profesor de biología molecular de las plantas, ingeniería de proteínas y nano-biotecnología en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Chef-it puede imitar el acabado en términos de sabor de diferentes técnicas de cocina, tales como asar, hornear o freír.
Un prototipo de esta máquina, ubicado en la Facultad de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de la Universidad Hebrea en Rehovot, en el centro de Israel, actualmente necesita diez minutos para imprimir una sola hamburguesa. Pero según Shoseyov, el equipo profesional de Chef-it se está aplicando duro en su trabajo para reducir el tiempo de impresión a tres minutos.
Según el plan comercial de la compañía israelí, los primeros mercados para esta impresora 3D de alimentos serán los espacios de trabajo, oficinas y los food trucks, apunta Shoseyov. La compañía imprimió con éxito su primera hamburguesa hace seis meses y está ser una realidad en el mercado dentro de dos años.
Como alternativa rápida y convincente a la carne, Chef-it está trabajando para proporcionar productos respetuosos con el medio ambiente y potencialmente más saludables que los alimentos procesados tradicionales. La celulosa, explica Shoseyov, tiene un valor glucémico y calórico de cero.
Shoseyov comenzó la investigación sobre la tecnología detrás de Chef-it junto con su socio y director científico Ido Braslavski en 2013. En 2016, la compañía recibió una subvención de un millón de shéquels, en torno a 280.000 dólares, por parte de la agencia de inversión en innovación del gobierno israelí. Actualmente emplea a ocho profesionales en su equipo y la compañía está inmersa en una ronda de financiación con el objetivo de recaudar dos millones de dólares. Shoseyov espera que se complete en un plazo de dos meses.
La industria cárnica mundial está lo suficientemente madura para esta revolución, y es que además se trata de una de las actividades más contaminantes del mundo, ya que genera tantas emisiones de gases de efecto invernadero como todos los automóviles, camiones, trenes, barcos y aviones del planeta juntos, además de utilizar el 30 por ciento de toda la tierra disponible y más del 25 por ciento de toda el agua dulce, según explica Shoseyov.
Al usar la celulosa como aglutinante maleable, el sistema podría imprimir cada tipo de comida conocida, e incluso inventar nuevos alimentos, según anotan desde la compañía israelí.
Como primer objetivo, la empresa se propuso imprimir la hamburguesa perfecta. Mediante la utilización de niveles de cocción infrarrojos ajustables, la startup cree que podrá conseguirlo. “Estamos a pocos meses de preparar una hamburguesa que será indistinguible de una real”, asegura Shoseyov.[:]