La tensión en Oriente Medio subió unos grados más de lo habitual cuando el jeque Nasrallah, el máximo líder de la milicia libanesa de Hezbollah, anunció su disposición a atacar la central nuclear de Dimona, el único reactor con que cuenta Israel. El jeque Nasrallah es la figura mítica de la milicia terrorista de Hezbollah y sus apariciones públicas son un evento propagandística clave para la política de esa orilla del Mediterráneo. Su último discurso, sin embargo, ha sido uno de los más militaristas de los últimos meses. Nasrallah ha asegurado que la «entidad sionista» -el nombre que dan a Israel quienes se niegan a reconocer su existencia incluso de forma nominal- debe saber que los misiles de la milicia «son capaces de alcanzar esa planta (Dimona)”.