Israel y Palestina llegaron a la fecha límite propuesta al inicio del enésimo diálogo de paz hace nueve meses con las negociaciones rotas. El mismo día de ese ultimátum (29 de abril) se acusaron mutuamente en la ONU por la falta de avances en el proceso de paz, tras nueve meses de conversaciones promovidas por Estados Unidos.
Lo cierto es que unos días antes, el diálogo ya había entrado en vía muerta, después de que el presidente de Israel, Benjamin Netanyahu, se opusiera a mantenerlo tras la alianza que cerró el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, con la agrupación islamista Hamas que gobierna Gaza.
El pasado verano, cuando el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, conminó a las partes a emprender este camino, pocos eran los que confiaban en su éxito, incluidas las partes implicadas.
Desde su reanudación el 29 de julio de 2013, estas negociaciones topan con cuestiones esenciales: las fronteras, las colonias israelíes en territorio palestino, la seguridad, el estatus de Jerusalén y los refugiados palestinos.
El proceso ha tenido puntos de encuentro y de desencuentro, pero avanzaba con tensiones, hasta que Abbas anunció, hace una semana, el acuerdo de reconciliación palestina. La situación se hace insostenible mientras Hamas siga aspirando a la aniquilación del Estado de Israel.
La sorpresa de la firma del acuerdo ha sido mayúscula, especialmente después de siete años de tensas relaciones y una guerra que acabó con muchos militantes de Al Fatah en las cárceles de Gaza, gobernado por Hamás.
Sin embargo, el Gobierno israelí asegura que mantiene la “puerta abierta” a la reanudación del diálogo si la ANP da marcha atrás en su acuerdo de reconciliación nacional o si el movimiento islámico cambia su postura y “abandona su objetivo de destruir al Estado hebreo”.
Por su parte, Abbas declaró que “si queremos extender las negociaciones, tienen que liberar a los presos, congelar los asentamientos y debatir los mapas y las fronteras”.
Hay que recordar que antes del escollo de la reconciliación nacional, la negociación se volvió a bloquear hace un mes cuando Israel rechazó cumplir con su compromiso de liberar a los 26 presos palestinos al mismo tiempo que Abbas retomaba su intención de buscar reconocimiento internacional.
Israel ya ha comenzado a aplicar sanciones a los palestinos reteniendo la recaudación de impuestos y los ingresos de la aduana que recauda para la Autoridad Nacional Palestina.