Los exoesqueletos son ya una prometedora realidad que permite a personas con movilidad reducida, afectadas por daños neurológicos o paraplejias, a recuperar la capacidad de andar. Se trata de una estructura mecánica sobre el cuerpo del paciente que reproduce los movimientos del cuerpo humano, y que se desarrollan por un reducido grupo de innovadoras empresas en Japón, Estados Unidos e Israel. Precisamente en este último país, ReWalk acaba de presentar una versión de su exoesqueleto para personas cuyas dificultades de movilidad derivan de la esclerosis múltiple, hemiplejias, atrofias musculares o, simplemente, por la edad. Es, por tanto, una versión que se acomoda a las necesidades especiales de estos colectivos. ReWalk ya llevó al mercado con éxito exoesqueletos para personas con paraplejia o tetraplejia.
“Existe una gran demanda en los sistemas de salud de todo el mundo de exoesqueletos ligeros y asequibles diseñados para apoyar a personas que han sufrido un ictus, pacientes con esclerosis múltiple y ancianos que requieren asistencia mecánica para su movilidad”, subraya el director ejecutivo de ReWalk, Larry Jasinski. “Con este sistema que presentamos ayudaremos a crear la próxima generación de exoesqueletos, desarrollando esta tecnología capaz de cambiar la vida a millones de pacientes en todo el mundo”.
El primer exoesqueleto de ReWalk permitía caminar a personas con paraplejia casi del mismo modo que una persona con plenas capacidades. Una inclinación hacia delante de la parte superior del cuerpo desencadena un primer paso y mantiene al sistema funcionando. Este exoesqueleto de ReWalk fue el primero aprobado por la agencia del medicamento (FDA) de Estados Unidos.
Sin embargo, la compañía detectó que no podía limitarse a desarrollar sistemas para personas con paraplejias o tetraplejias, porque además de representar un mercado no muy extenso, era necesario adaptarse a otros colectivos con problemas de movilidad.
Es así como la tecnología desarrollada por esta compañía con sede en la localidad israelí de Yokne’am se replanteó para ayudar a los millones de personas que se apoyan en sillas de ruedas, andadores y otros dispositivos, y que no están necesariamente paralizadas. ReWalk ha estado trabajando en colaboración con el Instituto Wyss de la Universidad de Harvard para desarrollar la nueva generación de exoesqueletos.
Descrita como una “tecnología de exoesqueleto blando”, el sistema usa diseños que se adaptan a las extremidades para transmitir energía a las articulaciones de las piernas, con una arquitectura mecánica y de software similar a la del exoesqueleto original de ReWalk. El resultado es un sistema mucho más asequible que la versión más compleja para pacientes con paraplejia, pero que es suficiente para cubrir las necesidades del colectivo de personas con dificultades de movilidad por ictus o esclerosis múltiple. Ya se han llevado a cabo estudios preliminares en el Instituto Wyss, en colaboración con investigadores de la Universidad de Boston, con pacientes que han sufrido un ictus, y se ha demostrado la eficacia de la tecnología del “exoesqueleto blando”. ReWalk seguirá trabajando junto con el Instituto Wyss en el desarrollo de diseños ligeros para completar los estudios clínicos y avanzar en las aprobaciones regulatorias, paso previo para comercializar el sistema a escala global.