El número de refugiados kurdos que ha cruzado de Siria a Turquía en los últimos cuatro días huyendo de la nueva ofensiva del Estado Islámico (EI) ha superado ya los130.000, según cifras de las autoridades turcas. Llegan cargados con mantas, colchones y sacos de provisiones; deshidratados, los kurdos se agolpan en masa ante el alambre de espino de la frontera en espera de que los soldados del Ejército turco y los agentes de policía les den permiso para pasar a través de ocho puntos improvisados.
Los yihadistas han ostigado durante días la localidad de Kobane, una ciudad kurda clave en Siria, tras haber tomado cerca de 60 pueblos en la zona, lo que ha provocado un éxodo de miles de kurdos en dirección a la frontera turca, y que podría intensificarse en los próximos días. Para el EI, la toma de Kobane, la tercera población kurda más importante de Siria situada en la frontera con Turquía, es clave porque le permite controlar gran parte de esta frontera.
Turquía se vió obligada desde el pasado viernes a abrir su frontera para acoger urgentemente a los miles de kurdos. Después de haber negado un tiempo la entrada a estos refugiados, las autoridades turcas abrieron los pasos hacia la localidad de Dikmetas y otras poblaciones del sureste del país, sobre todo a mujeres, niños y ancianos.
En virtud de su política de “puertas abiertas”, Turquía acoge actualmente a casi millón y medio de refugiados sirios que huyeron de los combates que oponen desde 2011 los rebeldes a las tropas del presidente Al Assad.
Naciones Unidas afirmó que este es el mayor número de personas que han huido de Siria en tan poco tiempo desde que estalló el conflicto en este país hace tres años. Por su parte, el vice primer ministro turco, Numan Kurtulmus, dijo que el país se está preparando para lo que él calificó como “el peor escenario”: el aumento del número de refugiados kurdos.
De hecho, tanto la ONU como el Gobierno de Turquía se preparan para la llegada de hasta 500.000 personas de Kobane y pueblos aledaños, ya que se calcula que la población total de la región se sitúa entre 400.000 y 500.000 personas, incluidos unos 200.000 desplazados internos. Antes de la ofensiva yihadista, la ciudad de Kobane había estado relativamente alejada del conflicto sirio y por eso se habían refugiado allí más de 200.000 personas.
Desde el domingo ya sólo funcionan dos puntos de cruce en la alambrada, y la entrada se hace de forma más ordenada, con registros uno por uno de los refugiados, a diferencia de la avalancha de los primeros días, aseguró Kurtulmus.
“Tanto nosotros como el Gobierno turco dijimos desde el comienzo que nos estábamos preparando ante la posibilidad de que toda la población (de Kobane) huya a Turquía“, dijo la portavoz del Alto Comisionado de la ONU para Refugiados (ACNUR) en Ginebra, Melissa Fleming.