Un estudiante del colegio de secundaria Gymnasia Rehavia de Jerusalén dio positivo en el test de coronavirus y todos sus compañeros y profesores, incluido un gran número de estudiantes evangelistas, han tenido que entrar en cuarentena.
La semana pasada parecía que Israel había vencido al coronavirus y las autoridades comenzaron a relajar las medidas de seguridad de la cuarentena, a abrir escuelas, sinagogas, iglesias, oficinas, restaurantes, gimnasios y centros comerciales respetando el uso de mascarillas y la distancia social requerida de dos metros, y también se podían juntar hasta 50 personas en espacios al aire libre.
Y salvo que haya un nuevo brote, la mayor parte de restricciones serán levantadas el 14 de junio. Sin embargo, muchos empiezan a preguntarse si esa segunda ola no ha llegado ya, puesto que en los últimos días ha habido un repunte en los contagios y varios colegios han vuelto a cerrar cuando más de un estudiante ha sido diagnosticado con coronavirus.
Comenzó en el colegio Gymnasia Rehavia de Jerusalén, en el que un estudiante de secundaria dio positivo y sus compañeros de clase entraron en cuarentena. Desde entonces, algunos de sus compañeros y profesores también han dado positivo. En ese colegio, el primer colegio moderno en Jerusalén que enseñaba en hebreo fue inaugurado en 1909 y uno de sus alumnos fue el actual presidente del país Reuven Rivilin. Al ser uno de los mayores centros de secundaria del país varios estudiantes evangelistas estudian en esa escuela y ahora todos ellos también están en cuarentena.
Más de una veintena de estudiantes mesiánicos participaron de una reunión física, la primera después de la pandemia, con otros alumnos del colegio y dos de ellos dieron positivo de COVID-19, así que todos los demás tuvieron que hacerse la prueba y entrar en cuarentena. Si bien sus supervisores enfatizan lo estrictos que son en la congregación con las normas de higiene y prevención y que, por ahora, ninguno ha dado positivo.
La normativa en Israel obliga a quien haya estado en contacto con una persona cuyo diagnóstico ha sido confirmado entre en cuarentena en un cuarto separado en su casa. Debe comer de platos diferentes y, si es posible, usar un baño que no usen los demás miembros de la familia durante 14 días. Incluso si los resultados de su test son negativos.