El Estado Islámico está herido pero contraataca con dureza en Irak

Las calles del centro de Kirkuk se convirtieron este fin de semana en una batalla campal. Un comando de un centenar de combatientes suicidas del Estado Islámico penetró en esta estratégica ciudad petrolera, a 150 kilómetros al sudeste de Mosul, y asaltó edificios gubernamentales y comisarias. El impresionante asalto yihadista, que se alargó hasta 48 horas, se saldó con medio centenar de combatientes radicales muertos, mientras que las fuerzas de seguridad perdieron 43 efectivos y hubo cientos de heridos en los combates. De nuevo, Estado Islámico demostró que, pese a estar herido, sigue teniendo fuerzas para contraatacar.

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