Una nueva ronda de contactos sobre Siria se abre esta semana en Ginebra, auspiciada por la ONU, en el enésimo intento de lograr una salida pacífica al conflicto, sobre el que existen pocas expectativas de que se alcance algún logro.
Tras el fracaso de su propuesta para establecer un alto el fuego en Alepo, el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, ha optado por iniciar una ronda de "consultas", por separado, con las distintas partes y con varios países implicados en la contienda, en una tentativa de acercar las distintas posturas.
El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Americana de Beirut Hilal Jashan se muestra pesimista sobre el resultado que pueda arrojar el nuevo proceso. "Esto de llevar a cabo consultas en vez de negociaciones es solo un cambio de nombre. Nada saldrá de aquí, están jugando para ganar tiempo, porque no está pasando nada", lamentó el analista. A su juicio, tarde o temprano el conflicto se resolverá con una solución política, "pero dependerá del equilibrio de fuerzas sobre el terreno".
Unos 40 grupos de la sociedad civil y de la oposición armada en Siria, el Gobierno y hasta 20 representes de países de la región y de otros participarán en las conversaciones diplomáticas, el tercer intento de la ONU de colaborar en la búsqueda de una solución política a un conflicto que en cinco años ha matado a más de 220.000 personas y ha forzado a huir del país a 4 millones.
"El conflicto en Siria es la mayor crisis humana desde la Segunda Guerra Mundial. No podemos quedar de brazos cruzados, debemos intentar cualquier plan posible", sentenció de Mistura en rueda de prensa, horas antes de que comiencen las conversaciones.
El plan diseñado por el enviado especial pasa por mantener encuentros uno a uno con "la mayor parte de actores posible", explicó. Es por eso que va a reunirse "sin límites de tiempo ni espacio" con el mayor número de actores posible, unos representantes que pueden aumentar conforme el proceso avance y cuyas identidades se mantendrán secretas.
De Siria, se reunirá con al menos 20 grupos, entre los que habrá representantes "de la juventud, de partidos políticos, actores militares, víctimas, mujeres, diáspora, líderes religiosos", entre otros. Asimismo, mantendrá encuentros con representantes del régimen de Bachar al Asad, aunque no especificó a qué nivel.
Los encuentros también incluirán a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia), a los países colindantes receptores de gran número de refugiados (Líbano, Irak, Jordania, y Turquía), y a países con influencia en la región, como Arabia Saudí, Catar o Irán.
Consultado sobre la presencia de Irán, rechazada por la mayoría de los grupos de la oposición siria por apoyar explícitamente al régimen de Al Asad, De Mistura dijo: "Cada uno tiene el derecho de decir lo que sea. Yo tengo el derecho y la obligación de consultar a todas las partes con influencia sobre el tema sirio, hablaré con Irán como lo haré con Jordania o con Turquía".
El enviado especial quiere escuchar a todas las partes para entender cuál es su opinión respecto al conflicto y cómo resolverlo, y más específicamente, cómo poder "hacer operativo" el Comunicado de Ginebra, que prevé un gobierno de transición.