Entre los acuerdos, las coaliciones, y las diferentes candidaturas que buscarán las mejores alianzas para acceder al Gobierno, es fácil perderse en los detalles de las elecciones israelíes. Vamos a analizar los aspectos fundamentales del sistema electoral israelí y las claves de las elecciones que se celebran el 17 de marzo.
Sistema electoral
Israel es una democracia proporcional de circunscripción electoral única nacional. Esto significa que los israelíes emiten su voto para alguno de los partidos que se presentan y los diputados se determinan en proporción a los votos obtenidos por cada formación política. Por lo tanto, estas elecciones marcan quiénes se van a sentar en la XX Knesset, que es como se conoce al Parlamento, y que en estos comicios se conforma por vigésima vez, desde que en 1949 tuvo lugar la primera cita electoral. Hay 120 escaños, que se eligen en distrito único.
Las listas de partidos
Cada partido presenta su lista de posibles parlamentarios. El número de parlamentarios elegidos de una lista será el mismo porcentaje sobre los 120 totales de la Knesset que el porcentaje de votos obtenidos sobre el total. El orden en el que aparecen los candidatos en la lista es el observado a la hora de adjudicar los escaños de cada partido. El sistema de circunscripción única para una amplia oferta de opciones políticas deriva en gobiernos basados en coaliciones de difícil equilibrio y una amplia representación de las diferentes sensibilidades ideológicas de los israelíes en el Parlamento.
Los partidos pueden formar un bloque político con otros partidos y presentar una lista común. Es el caso de Campo Sionista, formado por los Laboristas y Hatnuah, o la alianza de partidos árabe-israelíes (Balad, Hadash y Lista Árabe Unida). Los partidos pueden elegir permanecer juntos tras las elecciones (así lo hizo Likud con Israel Beiteinu en el actual Parlamento) o desligarse, como se prevé que hagan los partidos árabes.
Según la Ley Electoral, no podrán participar listas que actúen directa o indirectamente contra la existencia del Estado de Israel como el estado del pueblo judío o contra su naturaleza democrática, así como listas que inciten al racismo, o apoyen la lucha armada de estados enemigos o de organizaciones terroristas contra el Estado de Israel.
Fórmula de resto menor
La fórmula de distribución de escaños en Israel se realiza por un método de resto menor, conocido como de Hagenbach-Bischoff en países de todo el mundo, y de Bader-Ofer en Israel. Significa que los votos sobrantes que no se traducen en un escaño se donan a otros partidos con los que se han establecido alianzas previas para este traspaso. Por eso, es importante que cuando los electores realizan su voto, sobre todo si es a partidos minoritarios, sepan a qué partidos pueden terminar transmitiendo su papeleta.
Esto puede llevar a fortalecer a partidos teóricamente de la misma cuerda política que finalmente terminan pactando coaliciones con formaciones en el polo opuesto, como sucedió en las elecciones de 2013, cuando los Laboristas firmaron un acuerdo con los centristas Yesh Atid, que finalmente entraron en el Gobierno del Likud, mandando a los Laboristas a la oposición.
Umbral electoral
La Ley Electoral señala que el mínimo de escaños que puede tener un partido para entrar en la Knesset es de cuatro, lo que significa un 3,25% del voto general. Hasta ahora, el límite era del 2% (dos diputados), pero se ha decidido aumentarlo para fomentar la estabilidad y evitar la excesiva atomización parlamentaria con representaciones de partidos formados por una o dos personas, dando prevalencia a las formaciones políticas más sólidas.
Como consecuencia de este umbral más elevado, se ha creado la Lista Árabe Unida, un bloque de tres partidos árabe-israelíes que por sí solos rondarían el límite de cuatro, por lo que decidieron unirse a pesar de las diferencias ideológicas. Partidos como Israel Beiteinu, del impulsor de la medida Avigdor Lieberman, o el izquierdista Meretz, podrían perder su presencia parlamentaria con este umbral.
La formación del Gobierno
Tras las elecciones, es el momento de hacer números y ver la viabilidad de las posibles coaliciones. Hay que alcanzar una mayoría de 61 escaños para formar Gobierno, y dado que las encuestas dan como mucho 22-24 escaños a un par de listas (Campo Sionista –lista formada por Laboristas y Hatnuah– y Likud), se requerirá un acuerdo de al cuatro partidos para garantizar esa mayoría.
El procedimiento marca que los líderes de cada partido con representación se reúnen con el presidente de Israel, Reuven Rivlin, para recomendar a un parlamentario para el próximo Gobierno. El que obtenga mayor número de recomendaciones, o el que tenga más opciones de formar Gobierno, recibirá el mandato del presidente para crear una coalición. Este candidato tendrá 40 días para conseguirlo, negociando con otros partidos ministerios y decisiones políticas. Pasados los 40 días sin una coalición, el presidente puede solicitar la creación de Gobierno a otro candidato o extender el periodo para el primero. Llegados los cien días sin coalición, se convocarían nuevas elecciones.
Censo electoral
Cualquier ciudadano de 18 o más años podrá votar, incluidos aquellos con antecedentes penales. En todos los casos, el voto se realiza en suelo israelí, evitando el voto de expatriados y de ciudadanos judíos de todo el mundo. Eso sí, diplomáticos, soldados y marineros son una excepción y pueden votar por correo. El censo para estas elecciones es de 5.881.696 votantes.