El presidente Donald Trump y sus asesores han comenzado a desarrollar su propio esquema para terminar con el conflicto que ha durado décadas entre Israel y Palestina, un plan que pretende ir más allá de los marcos de trabajo anteriores por parte del gobierno estadounidense en búsqueda de lo que Trump llama “el acuerdo definitivo”.
“Hemos pasado mucho tiempo escuchando y vinculándonos con los israelíes, palestinos y líderes regionales clave a lo largo de los pasados meses para ayudar a llegar a un acuerdo de paz duradero”, asegura Jason D. Greenblatt, el principal negociador del presidente. “No vamos a establecer un plazo artificial en cuanto al desarrollo o la presentación de ideas específicas y tampoco vamos a imponer un acuerdo. Nuestra meta es facilitar, no dictar, un acuerdo duradero de paz para mejorar las vidas de los israelíes y los palestinos, así como la seguridad de toda la región”.