Comienza el histórico viaje del Papa Francisco durante tres días por Tierra Santa.
Jordania ha sido su primera cita. Aterrizaba procedente de Roma hacia el mediodía del sábado 24 de mayo. El Rey Abdalá y las máximas autoridades del reino le recibieron con honores.
En su discurso, el monarca hachemita aseguró que está intentando establecer el verdadero espíritu del Islam, el Islam de la paz. Condenó duramente el fundamentalismo y ha asegurado que su país está construyendo un futuro compartido entre musulmanes y cristianos.
El Santo Padre elogió la hospitalidad y generosidad que demuestra el país al acoger a numerosos refugiados provenientes de Palestina, Irak y Siria.
El Pontífice ha asegurado que “es necesario y urgente encontrar una solución pacífica a la crisis siria, además de una justa solución al conflicto entre israelíes y palestinos”.
Asímismo ha elogiado el Islam tolerante practicado en Jordania y el diálogo interreligioso promovido por el rey Abdalá.
El estadio internacional de Amán ha sido el escenario de la multitudinaria misa en la que 1.400 niños recibieron la comunión. La homilía del Papa se centró en el descenso del Espíritu Santo sobre Jesús y de nuevo, en la paz entre los hombres.
“La paz no se puede comprar, no se vende. La paz es un don que hemos de buscar con paciencia y construir “artesanalmente” mediante pequeños y grandes gestos en nuestra vida cotidiana”.
El Papa no quiso abandonar Jordania sin visitar a los refugiados y jóvenes discapacitados en el lugar que la tradición apunta al del bautismo de Jesús.
Ha agradecido a Jordania la generosidad que ha mostrado con la acogida de los refugiados, ha mostrado su pena por la guerra que desde hace tres años asola Siria y se ha preguntado por las personas que venden armas para hacer la guerra.