Con todos los ojos y controles puestos en Jerusalén y Cisjordania en la que es una de las peores escaladas desde la Segunda Intifada, un nuevo atentado ha sorprendido esta vez la estación central de autobuses de la capital del sur de Israel, Beer Sheva. Armado con un cuchillo y una pistola, un palestino irrumpió en el recinto y mató a un soldado, Omri Levy (19). Tras quitarle el fusil, siguió disparando hiriendo de diversa consideración a diez personas antes de ser abatido por los agentes.