Un millón de paquetes del snack Bamba se producen diariamente para satisfacer la demanda mundial

La compañía Osem instaló una nueva línea de producción en Kiryat Gat, al sur de Israel, para fabricar el snack Bamba, el bocadillo de maní que se consume en Israel y en todo el mundo.

Bamba, el snack más vendido de Israel, sufrió un aumento de su popularidad en Estados Unidos y Europa tras la publicación de varios estudios que revelaron su capacidad para proteger a los niños de desarrollar alergias al maní.

La nueva fábrica de la compañía Osem, construida con una inversión de 55 millones de dólares aproximadamente, produce en la actualidad un millón de paquetes diarios del snack Bamba para satisfacer la creciente demanda del producto en Israel y en el mundo.

Los comienzos del snack Bamba

El snack Bamba se produjo por primera vez en 1964 con un sabor a queso. El producto no tuvo éxito y en 1966, Osem decidió reemplazar el sabor a queso por mantequilla de maní y maíz inflado. Este cambio hizo que Bamba comenzara a ganar popularidad y sus ventas empezaron a aumentar.

Actualmente, el 90% de los hogares israelíes compran el snack Bamba de manera regular. De hecho, desde 2007, Bamba es el snack más vendido de Israel. Uno de los factores que ayudó a su masivo éxito, fue el informe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos que reveló que el snack Bamba ayuda a prevenir la alergia al maní hasta en un 81%. 

¿Cómo se hace el snack Bamba?

Los granos de maní son aplastado a alta presión y se convierten en largas líneas blancas, infladas y sin sabor. Luego estas líneas se cortan en pequeñas pepitas que se trasladan hasta una cámara de secado donde se cocinan durante 20 segundos, lo que le otorga su característica textura crujiente. En el siguiente paso del proceso se agrega la mantequilla de maní que la fábrica importa desde Argentina. La mantequilla de maní líquida entra en grandes tambores giratorios mientras el snack Bamba incorpora su sabor. En el último paso, el snack Bamba vuelve a una cinta transportadora donde se enfría para ser envasado.

Un envase icónico

Existen pocos productos que puedan generar vínculos afectivos tan fuertes con una sociedad como lo hace Bamba. Su envase es fácilmente reconocido por todos los habitantes de Israel. Jóvenes o ancianos pueden distinguir al bebé con forma de maní y sus colores tan característicos.

Bamba está tan arraigado en la cultura de Israel que resulta difícil imaginar mesa de un hogar sin un paquete de Bamba.