Las ejecuciones por pena de muerte alcanzaron en 2015 la cifra más alta que se registra en más de 25 años, según denunció Amnistía Internacional al presentar su informe anual. Durante el último año un total de 1.634 personas fueron ejecutadas. El aumento global de esta cifra se debió a tres países, Arabia Saudí, Irán y Pakistán, que fueron responsables del 89 % de todas las ejecuciones que se llevaron a cabo en el mundo en 2015, sin incluir a China.