Hezbollah, la milicia libanesa apoyada por Irán y definida como grupo terrorista por los Estados Unidos, está recurriendo a un “mini-Estado” de lavado de dinero en América Latina, que representa un riesgo creciente para la seguridad nacional de los Estados Unidos, según un informe.
El texto afirma que las actividades ilícitas en la llamada región de la triple frontera, que une a Brasil, Argentina y Paraguay, han sido una fuente de preocupación para los funcionarios de seguridad estadounidenses: después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 se convirtió en un objetivo de vigilancia como un refugio para los terroristas en el Hemisferio Occidental.
Pero ahora la crisis política de Venezuela y la inflación argentina, junto con la corrupción arraigada y la aplicación laxa de la ley, están ayudando a alimentar una economía ilícita estimada en 43.000 millones de dólares al año, superando con creces el producto interno bruto de Paraguay, según el informe.