Adios a los pesticidas con insectos que hacen frente a las plagas

biobee vs pesticidas

Controlar las plagas y enfermedades que diezman la producción agrícola y hacerlo sin dañar al medioambiente o incidir en la salud de los consumidores es un reto fundamental para el futuro de los cultivos de frutas y verduras más ecológicas, saludables y equilibradas. Frente a los pesticidas, el desarrollo de sistemas de control biológico es una solución sostenible para atajar los problemas que los productos químicos generan tanto en el entorno como en los humanos. Esto es lo que hace BioBee, una compañía israelí que se creó en un kibutz del norte del país y que hace 30 años perfeccionaron un método para criar, envasar y distribuir al mercado agrícola miles de ácaros, que permiten eliminar plagas de arañas rojas sin hacer daño a las plantas.

Como define la compañía en la web de su filial colombiana, “los productos que ofrece BioBee constituyen un componente indispensable que tiene como objetivo reducir el uso de fuertes agroquímicos que afectan las plantas y que en muchos casos no tienen un efecto contundente contra las plagas y que además ponen en peligro la salud del hombre y del medio ambiente”. Es precisamente Colombia, junto con Chile, su principal mercado en Latinoamérica. En la actualidad, esta firma de biotecnología agraria está presente en más de treinta países en todo el mundo.

Otra línea de trabajo de BioBee es la producción masiva de machos estériles de la mosca de la fruta, que se libera en cultivos hortícolas y de árboles frutales. Estas moscas estériles se parean con hembras fértiles y no producen descendencia viable, por lo que se logra un control gradual de la plaga a largo plazo.

¿Y cómo se esterilizan a las moscas macho? Se las expone unos segundos a radiación nuclear para lograrlo y salvar así a los cultivos de un modo natural y evitando el uso de químicos.

Como asegura Yesurun Pleser, director comercial de BioBee para América Latina, se dedican a “la producción de insectos benéficos para el control biológico”, como ácaros depredadores, pequeñas avispas o abejorros polinizadores, además de la mosca de la fruta. Estos sistemas podrían extenderse por los cultivos de toda Latinoamérica, y es que según confirma Pleser, “es un mercado muy importante para nosotros”. Estima que el mercado va a crecer a media que la agricultura en esta región sea cada vez más sofisticada, en línea con las exigencias de la industria.

La idea clave que dio origen a esta empresa es el control biológico de plagas de insectos, ácaros o malezas. Para ello, se enfocaron desde el principio en el empleo de organismos vivos que interfieren o actúan sobre la plaga, a la que parasitan, depredan o enferman. Los beneficios de este sistema natural son claros: se recortan los usos de pesticidas y con ello, los daños que provocan al cultivo, así como los riesgos de contaminación que pueden transmitirse al consumidor final. Pero también impide que las plagas desarrollen resistencia a los plaguicidas. Por último, el uso de este sistema de control biológico conlleva un importante ahorro de agua, que podría alcanzar el 75 por ciento.